LAS NUEVAS LECTURAS
Luego de la lectura del texto “De la palabra artesana al texto hipermedial” del profesor Antonio Quintana Ramírez, se desligan muchas interrogantes en mi quehacer pedagógico, es claro que las nuevas tecnologías y su articulación crean nuevos “corpus” de lectura, y a la vez de lector-autor, es así que las nuevas generaciones nacen con nuevas estrategias de lectura, otras formas cognitivas de acercarse a los textos hipermediales.
¿De que forma los procesos cognitivos de asimilación y lectura de los textos están cambiando y hacia donde se están dirigiendo?
A nivel de estudios del cerebro tal es el caso de los realizados por el científico colombiano Rodolfo Llinás, en los últimos años las concepciones de cómo trabaja el cerebro y todo nuestro aparato neuronal han sido reformuladas y a medida que aparecen nuevas formas o expresiones comunicativas nuestro cerebro se ha adaptado a los cambios tecnológicos para así asumir nuevas posturas cognitivas de lectura. Desde las lecturas de las imágenes tridimensionales del Renacimiento hasta las ventanas en múltiples dimensiones de los nuevos software, el cerebro humano ha encontrado diversos caminos de interpretación. Los más pequeños adquieren a muy temprana edad una habilidad increíble para el manejo de estas nuevas tecnologías, es como una caricatura en donde los niños aparecen con un cordón umbilical no a la madre sino a un Mouse conectado a un ordenador.
Estas formas en que las nuevas tecnologías son asumidas por el ser humano le dan un nuevo aspecto de Homo Sapiens a Homo Sapiens tecnologicus, parafraseando la clasificación taxonómica.
Existen muchas poblaciones ajenas a estos adelantos tecnológicos, poblaciones indígenas que nunca han entrado en contacto con estas herramientas, y que conservan a plenitud sus costumbres culturales milenarias, sin embargo las hay también que por motivos de aculturamiento, factores económicos y de intercambio social, establecen primeros contactos con nuevas tecnologías, formas de aprender las lenguas de los “blancos”, formas de negociación o intercambio de productos, diversas razones que los “obligan” a utilizar estos medios para lograr que los observen y se de cuenta de su existencia.
Inclusive poblaciones de zonas periféricas a las grandes metrópolis presentan dificultades para el acceso a Internet, hoy en día una obligación en materia de comunicaciones, de aprendizaje, de interculturalidad. La famosa aldea global presenta apuros para conectarla en su totalidad. Esta aldea pareciese que estuviera vinculada solamente a las grandes potencias o a naciones con un gran sentido de responsabilidad tecnológica.
Se desliga entonces una segunda inquietud frente al texto ¿que tan positivo, beneficioso, necesario o imprudente se vuelve el hecho de acercar las nuevas tecnologías a esta clase de poblaciones? ¿Es una prioridad para los educadores instar a estas tecnologías a un grupo especifico y que se puedan modificar conductas?
No es el problema de la ciencia ficción de la Tecnología como enemiga ni mucho menos un Apocalipsis estilo Sara O’connor, pero si es necesario preguntarnos como abordar estas herramientas en poblaciones que nunca las han utilizado y por consiguiente nunca las han necesitado.
Las necesidades creadas a partir de los nuevos dispositivos electrónicos son una realidad, pero para aquellos que las utilizan constantemente, sería realmente extraño ver a un Nukac-maku con un GPS pescando y regresando a su aldea con pescados y baterías triple AAA.
Luego de la lectura del texto “De la palabra artesana al texto hipermedial” del profesor Antonio Quintana Ramírez, se desligan muchas interrogantes en mi quehacer pedagógico, es claro que las nuevas tecnologías y su articulación crean nuevos “corpus” de lectura, y a la vez de lector-autor, es así que las nuevas generaciones nacen con nuevas estrategias de lectura, otras formas cognitivas de acercarse a los textos hipermediales.
¿De que forma los procesos cognitivos de asimilación y lectura de los textos están cambiando y hacia donde se están dirigiendo?
A nivel de estudios del cerebro tal es el caso de los realizados por el científico colombiano Rodolfo Llinás, en los últimos años las concepciones de cómo trabaja el cerebro y todo nuestro aparato neuronal han sido reformuladas y a medida que aparecen nuevas formas o expresiones comunicativas nuestro cerebro se ha adaptado a los cambios tecnológicos para así asumir nuevas posturas cognitivas de lectura. Desde las lecturas de las imágenes tridimensionales del Renacimiento hasta las ventanas en múltiples dimensiones de los nuevos software, el cerebro humano ha encontrado diversos caminos de interpretación. Los más pequeños adquieren a muy temprana edad una habilidad increíble para el manejo de estas nuevas tecnologías, es como una caricatura en donde los niños aparecen con un cordón umbilical no a la madre sino a un Mouse conectado a un ordenador.
Estas formas en que las nuevas tecnologías son asumidas por el ser humano le dan un nuevo aspecto de Homo Sapiens a Homo Sapiens tecnologicus, parafraseando la clasificación taxonómica.
Existen muchas poblaciones ajenas a estos adelantos tecnológicos, poblaciones indígenas que nunca han entrado en contacto con estas herramientas, y que conservan a plenitud sus costumbres culturales milenarias, sin embargo las hay también que por motivos de aculturamiento, factores económicos y de intercambio social, establecen primeros contactos con nuevas tecnologías, formas de aprender las lenguas de los “blancos”, formas de negociación o intercambio de productos, diversas razones que los “obligan” a utilizar estos medios para lograr que los observen y se de cuenta de su existencia.
Inclusive poblaciones de zonas periféricas a las grandes metrópolis presentan dificultades para el acceso a Internet, hoy en día una obligación en materia de comunicaciones, de aprendizaje, de interculturalidad. La famosa aldea global presenta apuros para conectarla en su totalidad. Esta aldea pareciese que estuviera vinculada solamente a las grandes potencias o a naciones con un gran sentido de responsabilidad tecnológica.
Se desliga entonces una segunda inquietud frente al texto ¿que tan positivo, beneficioso, necesario o imprudente se vuelve el hecho de acercar las nuevas tecnologías a esta clase de poblaciones? ¿Es una prioridad para los educadores instar a estas tecnologías a un grupo especifico y que se puedan modificar conductas?
No es el problema de la ciencia ficción de la Tecnología como enemiga ni mucho menos un Apocalipsis estilo Sara O’connor, pero si es necesario preguntarnos como abordar estas herramientas en poblaciones que nunca las han utilizado y por consiguiente nunca las han necesitado.
Las necesidades creadas a partir de los nuevos dispositivos electrónicos son una realidad, pero para aquellos que las utilizan constantemente, sería realmente extraño ver a un Nukac-maku con un GPS pescando y regresando a su aldea con pescados y baterías triple AAA.